La vacunación contra la salmonela tiene un doble valor: su costo monetario y los efectos de inmunidad que ofrece. Por lo tanto, una vacunación correcta es lo que nos evitará la pérdida de dinero y de tiempo, y el aumento de riesgo de que nuestras aves contraigan la enfermedad.
Aspectos a tomar en cuenta antes de aplicar la vacunación contra la salmonela
Antes de abocarnos a la tarea de la vacunación contra la salmonela, recomendamos encarecidamente tomar las siguientes precauciones:
Basarnos en el modelo de granjas de recría
Una de las observaciones que más llamaron la atención de los expertos en sus visitas de rutina a las granjas que se disponían a comenzar con su campaña de vacunación contra la salmonela, fue que estas no seguían el modelo de granjas de recría.
Esto significa que sus instalaciones no se encuentran al nivel de aquellas destinadas a la recría, en las cuales se aplica de forma rigurosa todo el esquema de vacunación, con lo que se logra una inmunidad mucho mayor.
Capacitación de nuestro personal
En asuntos relacionados a la vacunación contra la salmonela, no podemos confiarnos en la intuición ni mucho menos en el azar. Muy al contrario de ello, es el perfeccionamiento de la técnica lo que garantizará una dosis efectiva y de larga duración inmunitaria para las aves de nuestro corral.
Control del agua
Aunque se sepa la importancia de controlar el nivel de calidad del agua que consumen nuestras aves, es especialmente importante recordarlo cuando hablamos de la vacunación, ya que ciertos descuidos podrían afectar la estabilidad de la dosis recibida.
A los efectos de prevenir la aparición de biocidas en el agua, es fundamental mantener su pH dentro de los niveles adecuados para el consumo de las aves. Una negligencia de esta naturaleza, podría derivar en la inactivación de la tan costosa vacuna.
¿Cuáles son las aves que deben vacunarse?
Las aves que reciben la vacuna contra la salmonela enteritidis y la salmonela typhimurium, son:
- Gallinas ponedoras y futuras reproductoras
- Patos de engorde
- Pavos
Objetivo de la vacunación
El propósito que persigue el esquema de vacunación es el de reducir, e idealmente eliminar, la diseminación de la bacteria de la salmonela tanto en el intestino como en los tejidos del aparato reproductor de las aves. De esta forma, la vacuna actúa tanto dentro del organismo de las aves como en el medio ambiente, el cual resulta contaminado a través de los huevos que salen del ave ya contaminados.
Tipos de vacunas contra la salmonela
Existen dos tipos de vacunas contra la salmonela, y cada una de ellas tiene sus ventajas particulares:
Vacunas vivas
Se suministran en el agua que las aves beben y cuenta con el aval científico de garantizar una altísima protección, ya que activan tanto la inmunidad celular como la humoral. A su vez, inhiben el efecto de colonización y brindan exclusión competitiva.
Vacunas inactivadas
Funcionan mediante inyección previa al traslado de las aves a la nave de puesta, y suele ser una opción frecuente entre los criadores que combinan una serie de vacunas vivas con una inactivada.
Su principal desventaja es que, al ser inyectada de forma intramuscular, provoca un gran malestar, producto del estrés, en la manada.
Sin embargo, al contener una importante y efectiva cantidad de anticuerpos, los cuales previenen la transmisión de la enfermedad hacia los huevos y hacia los nuevos ejemplares, continúa siendo una opción que los criadores siguen eligiendo.
La vacunación contra la salmonela es una actividad que debe realizarse con total consciencia, tanto desde la perspectiva de la elección del método a emplear como de la praxis en sí.